domingo, 3 de febrero de 2019

Viajeros Galácticos


Las estrellas comunes (y las fugaces también) iluminaban todo el cielo...

Pasaron dos días desde que tuve la experiencia en el aljibe. Esas noches casi no pude dormir pensando y pensando en la imagen que vi y que quedó rondándome en la cabeza.

Recién al tercer día y con un sueño que me estaba venciendo, logré dormir intensamente hasta que, a medianoche la melodía de la guitarra de W me llamó otra vez...- ¿De dónde venimos? -Le pregunté, mirando el cielo. Me pareció necesario aclararle que hace varios años atrás yo vivía en una ciudad de Terralandia, donde había mucha gente ruidosa y enojada. Lo que recuerdo es que una noche de luna en cuarto menguante, me dormí profundamente y sentí que en mi cabeza se conectaban experiencias que había soñado o que había vivido de verdad pero en otros planos. Cuando me pasó eso quizás habían transcurrido varios años lineales y la luna estaba en cuarto creciente. En ese momento aparecí en este Bosque Rebelde. Recuerdo también que antes de estar en Terralandia yo vivía en un complejo de estrellas... pero... capaz eso lo soñé... no sé... 
-¿De dónde venimos? - Le insistí. Él sonreía, para variar... Creo que se daba cuenta que me estaba volviendo insistente, ansiosa y apurada.
-¿De dónde venimos? - Por tercera vez le pregunté. Ya estaba perdiendo las esperanzas de recibir la respuesta adecuada. Su sonrisa no se borraba de su cara.
Dejó la guitarra, se puso un saco y me aconsejó que yo me preparase para una ¨ocasión especial¨ porque estaríamos a punto de emprender ¨un viaje galáctico¨
¡Su propuesta sonaba divertida!
Así que fui a mi Castillo Rebelde y me cambié la vestimenta para estar acorde a tal ocasión...
Él desapareció detrás de una colina...
Al cabo de unos minutos volvió ¡con una bicicleta transparente!


Comenzó a pedalear y a la vez empezamos a elevarnos... Los primeros kilómetros ascendentes fueron muy divertidos, podíamos ver cómo todo el paisaje se iba haciendo muy pequeño...

Miré hacia abajo... y mi corazón empezó a latir tan rápido que casi no podía distinguir entre un latido y otro...



El Bosque Rebelde ya casi no se veía... ¡¡¡y Terralandia podía verse girar más rápido de lo que me imaginaba...!!!
¿Adónde pensaba llevarme en bicicleta?
A medida que nos alejábamos se me empezaba a revolver el estómago... No saber adónde íbamos ni cuánto tiempo faltaba para llegar a destino me daba miedo... ¡Miedo de caernos en algún lugar del espacio y que nadie nos venga a rescatar...!
-¿Ves allá lejos? -Me preguntó W con total naturalidad, como quien pasea por un parque -Mira bien... Es la perfección en la inmensidad...

- Veo, sí... veo... pero no puedo creer lo que veo... ¿Vamos hacia aquella galaxia? -Le pregunté asombrada -¿Es allí adonde quieres llegar?


-No, estimada Principessa del Castillo Rebelde del Bosque Rebelde. No vamos hacia ¨aquella galaxia¨, sino que iremos un poco más lejos... La atravesaremos y seguiremos nuestro viaje en bicicleta.

-Ah... - Si me quería consolar, no lo logró, mi miedo aumentaba... El oxígeno me preocupaba, aunque estábamos respirando normalmente... todo eso era raro... Paralelamente su tranquilidad me obligaba de alguna manera a serenarme...

- Mira, ya estamos llegando a destino... Observa la luz que hay allí... Y por el oxígeno no te preocupes, esta bicicleta es diferente a las que conoces, transporta a su alrededor un espacio con suficiente cantidad de oxígeno...


Me quedé asombrada.
¡Nunca había visto semejante belleza...!
Era obvio que allí todo ser viviente debía ser muy evolucionado y luminoso...
- Cuando lleguemos nos contactaremos con la gente ¿verdad? Quiero conocerlos. Necesito ver cómo viven, con qué se alimentan, qué costumbres comparten... Todo se ve tan luminoso... Pero... ¿Qué está pasando? No sé por qué dejaste de pedalear, así no llegaremos nunca.

- No los contactarás de manera directa, pues no tendría sentido este viaje. Nos quedaremos aquí, suspendidos en el espacio contemplando ese paisaje.

- No comprendo. Semejante viaje y... ¿¿¿no nos acercaremos a conocerlos???

Me miró nuevamente con una sonrisa y sin responder directamente a mi inquietud me dijo con voz firme:
- Ya estás preparada para recordar que vives allí...

Si el viaje en bicicleta por el Universo había sido la experiencia más extraña que viví, esta aclaración que me hizo W logró sacudirme completamente.

Oleadas de recuerdos se activaron en mi corazón, aunque no eran claros, iban y se iban con una rapidez incalculable... Traté de centrar mi mente y me esforcé muchísimo por recordar todo, pero no pude avanzar en lo más mínimo. Mis agotadores intentos se desvanecían al intentar traer más recuerdos. Nada. Nada de nada, todo lo contrario, lo poco que había recordado se alejaba cada vez más... - Debo acercarme a ese lugar, desde acá no puedo lograrlo. - Así le dije, muy confiada de que mi aclaración tendría un efecto contundente.

- Si nos acercamos e interactúas con la gente, no podrás tomar consciencia que, a la vez, ya vives allí, pues estarás enfocada en lo que tus ojos estarán captando. Si realmente quieres saber de dónde procedes debes calmar tu mente y permitir que las oleadas de recuerdos lleguen a ti. Pero si miras hacia afuera, no lo lograrás.

- ¿Y si lo que percibo es producto de mi imaginación...?

- Eso se dará si mentalmente te esfuerzas por recordar, porque la mente hará que completes con la imaginación la parte de la historia que quieres saber. Percibir lo que sucedió o lo que ocurrirá en el futuro no se logra haciendo un esfuerzo. Las escenas llegan, en especial cuando no existe ni el más mínimo esfuerzo por lograrlo. Además aquel recuerdo que se presenta en nuestro corazón es el que nuestra Alma necesita para iluminar el camino de nuestra vida actual. En realidad no es que exista un camino lineal a transitar, sino que cada escena de vidas pasadas, presentes o futuras son similares a neuronas que están interconectadas permanentemente y en su conjunto le dan sentido a nuestra existencia. Ahora cierra tus ojos, respira lenta y confiadamente, inflando y desinflando levemente tu abdomen. Calma tu mente y permítete salir de tu cuerpo a través del tercer ojo. Vuela libremente. Y cuando deba llegar algún recuerdo a tu corazón, lo hará...

Lo que pude experimentar en ese momento fue extraordinariamente bello... Las oleadas de recuerdos eran cada vez más nítidas e intensas. Me percibía habitando las estrellas, junto a mis hermanos estelares. Miles de millones de seres conformábamos una gran familia en donde el amor nos conectaba. En realidad nadie sabía a ciencia cierta quiénes compartían un lazo de sangre, pues todos éramos igualmente unidos. Trabajábamos de acuerdo a nuestros talentos e intercambiábamos lo que producíamos. ¡Sonreíamos, siempre, hasta para dormir! Confiábamos en nuestra capacidad para encontrar la solución a todas las situaciones que se presentaran. Era muy bello... No existían las enfermedades, pues teníamos un cuerpo perfecto y luminoso. Ningún integrante de esa gran familia luminosa pasaba necesidades, pues jamás nos enfocábamos en la carencia. Todos poseíamos lo que nuestro Ser deseaba materializar ¡y eso era infinito! Por eso muchos estábamos encargados de compartir lo producido en el resto del Universo... En este momento recuerdo cuando varios decidimos viajar a Terralandia... sí, lo recuerdo bien... Yo elegí una ciudad lo suficientemente diferente a este lugar, y mi intención era entregar una buena cantidad de semillas que habíamos materializado para que germinen y puedan convertirse en alimento luminoso. Pero algo se me complicó: Al entrar en 3° dimensión comencé a tener ciertos olvidos acerca de mi misión... y todo el amor que traía con mis semillas luminosas comenzó a desdibujarse al ver que ciertas empresas producían otras semillas diferentes que encandilaban a los terralandenses, y ellos preferían comprarlas aunque luego sus frutos los enfermaran... Traté de advertirles que esas semillas no tenían un aura luminoso, pero no me oyeron. Eso me puso muy triste y de a poco empecé a bajar mi vibración. Después de unos años me di cuenta que las semillas que yo traía debía plantarlas con amor en Terralandia, más allá de todo lo que había sucedido. Y así lo hice... Fue muy bonito ver cómo comenzaban a germinar plantitas muy luminosas y colmadas de amor... Agotada y a la vez feliz por recorrer muchas ciudades de Terralandia, me dormí profundamente y al cabo de varios años lineales, desperté en Bosque Rebelde... se ve que mi misión en esas ciudades de Terralandia ya había concluido.
Luego de recordar nítidamente todas estas escenas de mi vida, pude volver lentamente a través del 3° ojo a mi cuerpo físico... Y sonriendo abrí mis ojos...

-Lo más importante no lo mencionaste... -Me dijo W con toda firmeza...

- No comprendo...

- Tu misión no consistía solamente en plantar semillas en Terralandia... sino que debían germinar en tu corazón... Y así sucedió...

Me quedé pensando un buen rato... Su aclaración fue muy importante pero a la vez me surgió una inquietud:
- ¿De aquí en más es necesario viajar a otros planos para poder...

Y, sin que yo terminara de formular mi pregunta, me respondió:

- En este viaje pudiste verte viviendo allí. Y posiblemente logres percibir lo que harás en lo que llamamos ¨futuro¨. Eso no sólo significa que en un mismo instante puedes percibir experiencias pasadas, presentes y futuras, sino que si tomas consciencia de tu misión no necesitas viajar para poder cumplirla. Estamos integrando todos los planos a la vez... 
¿Comprendes que no hacía falta acercarte a esas galaxias luminosas para ver las características y costumbres de sus habitantes? Tú ya estabas allí, te veías viviendo allí... Por otra parte, cada vez que lleguen oleadas de imágenes nítidas que no hayan implicado un esfuerzo mental para percibirlas, estarás en presencia de vivencias que necesitas conectar con tu vida actual para seguir ampliando la consciencia. 
Estimada Principessa... ¿tú me recuerdas? ¿Sabes qué era de nosotros antes de ¨reencontrarnos¨ en el Bosque Rebelde...?

Sus ojos, o más bien su mirada me eran conocidas, y también las melodías que ejecutaba en su guitarra ... pero no, aún no lo recordaba...
-Y tú... ¿tú me recuerdas? -Le pregunté tímidamente...

-Aún no, aunque sé que hemos compartido otras vidas... 
Ya es tiempo de volver al Bosque Rebelde. Tu misión aún tiene varias tareas por cumplir allí. 

Y en un instante la bicicleta nos había transportado de regreso.

Sin mediar palabras, y como si nada hubiese ocurrido, W siguió tocando otra bella melodía con su guitarra...





No hay comentarios:

Publicar un comentario