Las llaves

¨Si uno encuentra una llave es porque alguna puerta está por abrirse¨ 
(Eso lo escuché la otra vez)

El hecho es que, caminando en la madrugada por el Bosque Rebelde, encontré varias llaves, pero también un libro que no se entendía, había unos lentes de vaya a saber quién, un sobre y una pluma.
Lo más raro era el mapa, porque marcaba una zona similar a Bosque Rebelde, pero un poco distinta, más bien parecía que así había sido este lugar hace cientos o miles de años atrás... Una cruz marcada en el medio... ¿Qué sería? ¿Qué habría allí?

Caminé casi dos días y medio hasta llegar a la zona de la cruz. Allí había una casita toda de madera, no estaba habitada, sólo un cofre había en su interior... ¡Con las llaves pude abrirlo...! ¿Un cofre iluminado? Nunca vi eso. Mucha luz salía de allí...
Lo típico es que dentro de un cofre se encuentren joyas, dinero, algún objeto valioso o antiguo, vaya a saber...
Pero nada de eso había...

En el fondo del cofre había una compuerta que sólo se podía ver desde el interior. ¡Lo raro es que si volteaba el cofre, no se veía! 

Una segunda llave me permitió abrir esa compuerta misteriosa... Pude entrar... Un pasadizo largo me conducía a otra compuerta... Una tercera llave necesité.... Detrás de cada una aparecía un nuevo pasadizo... Otra compuerta... y otra... y otra... En cada compuerta que atravesaba, la luz era más intensa... Diez llaves fueron necesarias para llegar a un espacio infinito ¡¡¡tan dorado y hermoso!!! 

Millones y millones de velitas iluminaban el lugar... Me acerqué y me quedé mirándolas durante varias horas. Irradiaban una paz muy especial. No podía entender que con el correr del tiempo no se apagaran... Es que en ese lugar seguro no existía el tiempo...

Siendo tantas las velitas, me alcanzaría para repartirlas a cada habitante de Terralandia. Es que hay algunos que por la manera de ser, parece que ¨no estaban demasiado iluminados...¨ Si fui yo la que encontró las velitas, mi misión seguro será iluminar a los demás.

Creo que me llevó más de 100 días poder juntarlas y sacarlas de ese lugar. Ninguna se apagó. Era necesario que cada una llegue encendida a su destinatario. Menos mal que durante esos días no llovió.

Mi alegría era inmensa cuando llegué a la primera casa llevando las velitas correspondientes. Pero de la alegría inmensa pasé rápidamente a la sorpresa... ¡¡¡En esa casa había exactamente tantas velitas como las que yo había juntado!!! Los habitantes me miraron extrañados, tampoco ellos sabían a ciencia cierta para qué habían encontrado ¨en otro lugar especial¨ esas velitas...
Seguí mi recorrido, porque para mí, ellos también tenían la misión de iluminar a los demás, pero como ellos no lo dijeron, no creí conveniente sugerirles tal tarea...

A punto de acercarme a otra casa, vi desde la ventana que en su interior ¡¡¡también había exactamente la misma cantidad de velitas!!!
Cada casa que fui recorriendo, siempre lo mismo. Raro... muy raro... ¨Mi misión iluminadora¨ se fue ¨apagando¨ con el correr de los días. Tanto trabajo para juntar velitas... y resultó que cada uno ya tenía...

Al cabo de tres días, busqué el libro, los lentes, el sobre y la pluma que habían quedado atrás en mi peregrinaje.
Abrí el sobre. Contenía una hoja amarillenta, con unas palabras apenas legibles, muy borroneadas por el paso del tiempo. Tomé la pluma y ella, mágicamente, remarcó esas palabras que decían ¨Hay un importante mensaje que está llegando desde constelaciones lejanas. Los lentes traducirán la información que se escribió en el libro. Ya no hay tiempo que perder. Ese mensaje debe llegar a toda Terralandia¨
Me puse los lentes, pero eran diferentes a los que conozco. El libro estaba escrito en símbolos, y esos lentes ¡me permitían descifrar el mensaje!
¨Cada una de las velitas son la LUZ que emana el CHAKRA CORAZÓN de cada habitante. La misión que hoy se les encomienda no es ayudar a iluminar a los demás, porque eso ya lo han hecho muy bien. Ahora es tiempo de llevar a cabo una tarea especial, y ya están preparados para hacerla: Cada uno de ustedes debe recordar la LUZ que hay en TODOS. Quienes han olvidado esto, fueron enviados a recoger esas velitas para recordarlo. Pero su ego no les permitió entender la tarea, sino que volvieron a creer que tenían la misión de ayudar a los demás. El tiempo de ayudar a despertar a los demás se fue transformando en despertar la divinidad que hay en cada uno. Todos tienen LUZ. Y hoy es necesario que lo recuerden. Se están ABRIENDO las COMPUERTAS de vuestros CORAZONES para que se EXPANDA EL AMOR INCONDICIONAL y perciban directamente la CONEXIÓN CON LA FUENTE. Para poder abrirlas, debemos recordar que todos tenemos luz. Si continúan peleando unos contra otros compitiendo para ver quién es el único que tiene la verdad, se distraerán y no podrán recordar cuál es la tarea que en estos tiempos se les ha encomendado. Cada quien debe enfocarse en la MAESTRÍA que vino a desarrollar en este plano. Como mensaje final, los invito a que busquen en su interior LA LLAVE que les permitirá abrir LA PUERTA DE SU PROPIO CORAZÓN.¨ 

¡¡¡Gracias, gracias, gracias, por este hermoso mensaje!!!
Ahora comprendí la tarea que debemos hacer.
Era verdad: ¨Si uno encuentra una llave, alguna puerta está por abrirse...¨

Entonces... cada quien será el encargado de encontrar su propia llave.